Se habilitó la muestra “Humor Registrado” en la Sala de Exposición Temporal del MMC. Puede visitarse en Pellegrini 213 con acceso libre y gratuito en el horario de 9 a 13 y de 17 a 21, de lunes a viernes.
“La exposición cuenta con 16 paneles que contienen las históricas portadas de la mítica publicación, y que estará acompañada con una muestra de ejemplares históricos de la revista, en el mes del periodista”, explicó Alfredo Germignani, coordinador del Museo de Medios.
“La propuesta surgió en el marco del mes del periodista con el objeto de reflexionar sobre la libertad de expresión desde la propagación de ideas e información en los medios de comunicación”, sostuvo el coordinador.
“Humor Registrado” fue una revista argentina fundada en 1978 y editada por Ediciones de la Urraca. En un principio cada revista salía mensualmente, pero luego salía cada quince días. Las portadas se caracterizaban por tener caricaturas, las cuales eran realizadas por Andrés Cascioli, su director. Las revistas contenían notas de actualidad y cultura escritas por periodistas e intelectuales respetados, ilustradas con caricaturas y dibujos de numerosos humoristas.
Rápidamente se convirtió en un éxito de ventas debido al uso del humor y la sátira como denuncia a la dictadura. Sin embargo los juicios generados por el gobierno de Carlos Menem a la revista la llevaron a la quiebra en 1999.
Para la elaboración de su contenido colaboraron diversos escritores y periodistas prestigiosos tanto argentinos como uruguayos y paraguayos. Entre ellos: Alejandro Dolina, Hugo Paredero, Gloria Guerrero, Carlos Abrevaya, Aída Bortnik, Mona Moncalvillo, Osvaldo Soriano, Jorge Sabato, Miguel Grinberg, José Pablo Feinmann, Sandra Russo, Carlos Ulanovsky, Alejandro Pose, Moira Soto, Cristina Wargon y la actriz María Fiorentino, por ejemplo, tuvieron columnas en “Humor Registrado”. Los periodistas de investigación más destacados fueron Enrique Vázquez, Horacio Verbitsky y Héctor Ruiz Núñez. Como jefe de redacción el periodista Tomás Sanz y como secretario de redacción Aquiles Fabregat. En los dibujos de tapa participó Carlos Nine, además de Andrés Cascioli.
Erigida como un bastión de resistencia durante la última dictadura militar, “Humor Registrado” se convirtió en un referente, un hito dentro de la historia contemporánea de los medios gráficos en la Argentina. Era dirigida por el gran artista plástico, escritor y comunicador Andrés Cascioli.
En sus más de 20 años de publicación (1978-1999) reunió un conspicuo seleccionado de periodistas, intelectuales y artistas gráficos que, a través de sus notas de actualidad y el lenguaje de la historieta supieron cautivar a un público disconforme con el discurso oficial de aquellos años.
Con una gran personalidad visual como atractivo primario, la revista se caracterizaba por la calidad y originalidad de las tapas, verdaderas obras de arte de la ilustración, que manejaban con gran ironía temas muy sensibles del devenir político y cultural del país, acompañadas por un contenido igualmente comprometido.
Testigo y protagonista de una de las etapas históricas más notables de la contemporaneidad, desde la más dura dictadura, pasando por la transición y la consolidación democrática argentinas, supo dejar una huella imborrable, tanto en los seguidores como en los detractores de toda una generación.
“La exposición cuenta con 16 paneles que contienen las históricas portadas de la mítica publicación, y que estará acompañada con una muestra de ejemplares históricos de la revista, en el mes del periodista”, explicó Alfredo Germignani, coordinador del Museo de Medios.
“La propuesta surgió en el marco del mes del periodista con el objeto de reflexionar sobre la libertad de expresión desde la propagación de ideas e información en los medios de comunicación”, sostuvo el coordinador.
“Humor Registrado” fue una revista argentina fundada en 1978 y editada por Ediciones de la Urraca. En un principio cada revista salía mensualmente, pero luego salía cada quince días. Las portadas se caracterizaban por tener caricaturas, las cuales eran realizadas por Andrés Cascioli, su director. Las revistas contenían notas de actualidad y cultura escritas por periodistas e intelectuales respetados, ilustradas con caricaturas y dibujos de numerosos humoristas.
Rápidamente se convirtió en un éxito de ventas debido al uso del humor y la sátira como denuncia a la dictadura. Sin embargo los juicios generados por el gobierno de Carlos Menem a la revista la llevaron a la quiebra en 1999.
Para la elaboración de su contenido colaboraron diversos escritores y periodistas prestigiosos tanto argentinos como uruguayos y paraguayos. Entre ellos: Alejandro Dolina, Hugo Paredero, Gloria Guerrero, Carlos Abrevaya, Aída Bortnik, Mona Moncalvillo, Osvaldo Soriano, Jorge Sabato, Miguel Grinberg, José Pablo Feinmann, Sandra Russo, Carlos Ulanovsky, Alejandro Pose, Moira Soto, Cristina Wargon y la actriz María Fiorentino, por ejemplo, tuvieron columnas en “Humor Registrado”. Los periodistas de investigación más destacados fueron Enrique Vázquez, Horacio Verbitsky y Héctor Ruiz Núñez. Como jefe de redacción el periodista Tomás Sanz y como secretario de redacción Aquiles Fabregat. En los dibujos de tapa participó Carlos Nine, además de Andrés Cascioli.
Erigida como un bastión de resistencia durante la última dictadura militar, “Humor Registrado” se convirtió en un referente, un hito dentro de la historia contemporánea de los medios gráficos en la Argentina. Era dirigida por el gran artista plástico, escritor y comunicador Andrés Cascioli.
En sus más de 20 años de publicación (1978-1999) reunió un conspicuo seleccionado de periodistas, intelectuales y artistas gráficos que, a través de sus notas de actualidad y el lenguaje de la historieta supieron cautivar a un público disconforme con el discurso oficial de aquellos años.
Con una gran personalidad visual como atractivo primario, la revista se caracterizaba por la calidad y originalidad de las tapas, verdaderas obras de arte de la ilustración, que manejaban con gran ironía temas muy sensibles del devenir político y cultural del país, acompañadas por un contenido igualmente comprometido.
Testigo y protagonista de una de las etapas históricas más notables de la contemporaneidad, desde la más dura dictadura, pasando por la transición y la consolidación democrática argentinas, supo dejar una huella imborrable, tanto en los seguidores como en los detractores de toda una generación.
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